Enfrentarse a sacar adelante un negocio no tradicional como Usana, es todo un reto. A pesar de que el negocio de Usana trae grandes beneficios, también trae grandes obligaciones. Hacer el negocio implica romper muchos paradigmas y excusas que uno mismo se pone.
Uno de los retos más grandes a los que yo me he enfrentado es el simple hecho de invitar a unirse a mi red a aquellas personas que "suenan imposibles". Puede ser una compañera del trabajo, o el compadre, o la amiga de mi mamá, etc. La onda es que realmente uno nunca sabe, y por eso no podemos negarle la oportunidad de conocer éste maravilloso sistema para que entonces, ahora sí tomen su decisión.
Uno de mis autores favoritos de desarrollo personal, Darren Hardy, alguna vez dijo en un interesante artículo: Una persona debería de hacer lo que no está acostumbrado a hacer para forzarse a salir de su estado de comodidad. Un truco para esto, es emplear simplemente un minuto al día (todos los días) para lograrlo. Yo me pregunté que cómo un minuto al día podía hacer maravillas, y en el artículo todavía lo dividió a 20 segundos de valor, tres veces al día. Es un tipo de "valor" muy especial pues es algo que tienes que lograr impulsivamente, es como esos 20 segundos antes de tirarte de un paracaídas.
Aplicándolo a nuestro negocio Usana, y a esos prospectos que "suenan imposibles", tenemos que agarrar valor, ese valor de 20 segundos, para platicarles del negocio. Y ese es solamente un ejemplo, los 20 segundos de valor se pueden emplear en lo que sea con tal de hacernos mejor personas: firmar un contrato, hacer una llamada, pedir una disculpa, etc. Habrá que tener nuestro minuto de valor al día. Si lo practicamos a diario seguro nos hará imparables.
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