Dentro de mi grupo de apostolado, hay un matrimonio muy simpático que siempre siempre me hace reír. Tienen unas puntadas buenísimas y son perfectos para sacar algún comentario chistoso. Son de los que cuando faltan, se les extraña harto jaja. Ayer, él dijo algo que me dejó pensando profundamente. (Por cierto, lo que dijo fue serio, no fue chistoso jaja) Cabe mencionar que mi amigo odia los mercadeos en red, para él todo es una tremenda pirámide jaja, y le dan "goose bumps" los libros de motivación y desarrollo personal. Alguna vez les presentamos la oportunidad de negocio de Usana y bien respetuosos ellos se chutaron toda la info, aunque por dentro han de haber estado de "ya callen a estos gueyes" :p Ella consume productos de Usana, él, ninguna vitamina del mundo mundial. Entonces cuando lo escuché ayer, me dejó pensando:
"El Apostolado, que es llevar a que más matrimonios conozcan a Jesús, es un gran mercadeo en red. Porque les compartes algo bueno, trascendente, lleno de vida, para compartírselo a más matrimonios más adelante." Yo no lo había visto así, y es totalmente cierto. Yo pertenezco a dos mercadeos muy nobles: al de Usana (compartir salud) y al Apostolado (compartir vida). Pero la frase que dijo que me quedó retumbando en la cabeza, en cuanto a formar una red, fue la de: "Es que no se trata de a cuanta gente conozcas, sino de cuántos te conozcan a ti" PUM. ¡Es verdad! El dilema no es a cuanta gente tengo que conocer para compartir salud y vida, sino qué clase de persona tengo que convertirme para que la gente quiera seguir el mismo patrón.
¡Se me hizo increíble! Yo tengo que ser ejemplo de constancia, sacrificio, alegría, trabajo... y muchas cosas más para que la gente llegue a "conocerme". Se me hizo un comentario tan atinado para éste momento de mi vida. Si queremos atraer gente, debemos ser "atractivos". No hay más que trabajar, trabajar y trabajar con amor.
¡Gracias amigo por tan buen comentario! (...y después de tanta seriedad, se aventó un chiste jajaja)
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