Ah que difícil aseveración. Vencerse a uno mismo. Es que como nos conocemos tan bien, y sabemos en donde fallamos, ¡qué difícil es vencerse uno mismo! Conozco bien mis malos hábitos, y mis momentos de enojo. Conozco bien lo que tengo que hacer y no lo hago y luego me quejo. Puedo aparentar estar perfectamente dentro del plan, pero no lo estoy. A todos nos pasa. ¿A quién tratamos de engañar? Vencerse a uno mismo ha de ser el reto más difícil del mundo, y peor aún, ¡nunca termina!
¿Pero que tal cuando nos damos la oportunidad de esforzarnos un poco más? ¿Cómo se siente? Cansado pero gratificante, ¿verdad? Salirse de la comodidad es cosa de valientes. ¿En qué nos vamos a esforzar un poco más? ¿Cómo nos vamos a vencer a nosotros mismos?
Hoy empieza por lo más sencillo...
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