miércoles, 7 de enero de 2015

Lo fácil no vale tanto la pena.


Es más fácil ir por comida rápida que pensar qué voy a comprar en el súper para comer nutritivo durante la semana. Es más fácil prender la tele y no pensar que leer un libro y tomar notas. Es más fácil quedarme acostada que hacer ejercicio. Es más fácil mandar a las niñas con la muchacha al parque que jugar con ellas. Es más fácil tomar refresco que hacer una limonada...pero yo me pregunto, ¿hacer lo fácil valdrá la pena? A lo mejor "vale la pena" durante un minuto que dura la "disfrutada", ¿pero y luego? No nos trae ningún beneficio hacer lo fácil. No estoy diciendo que no debamos consentirnos de vez en cuando, pero lo que verdaderamente vale la pena, cuesta trabajo. Así que si analizamos la situación, ¿a qué le tiramos?...¿Realmente preferiremos hacer lo fácil?

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